Para cultivar el cilantro son preferibles los suelos
ligeros, abonados y bien drenados; hay
que evitar los encharcamientos y es conveniente una exposición soleada y
protegida de los vientos. Se puede
sembrar en otoño o a principios de primavera, generalmente se hace en hileras a
30 cm unas de otras y a 1 cm de profundidad.
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