Se plantan los dientes a finales del invierno, a unos
15-20 cm de distancia y a 3 cm de profundidad, se forman hileras separadas
entre 20-30 cm. La tierra debe ser rica
y bien drenada, siendo preferible un
lugar soleado. Se debe regar de forma
regular sin llegar al encharcamiento. También se pueden plantar los dientes de ajo en otoño,
para recoger los ajos a principios del año siguiente.
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